El sector de biocombustibles se ha desarrollado rápida y notoriamente durante la última década en el país, convirtiéndose en una actividad muy dinámica de la economía nacional, y en un caso interesante de desarrollo productivo.
En cuanto al biodiesel, varios factores contribuyeron a su rápido crecimiento. En primer lugar, impulsada por el competitivo complejo oleaginoso, la producción de biodiesel atrajo importantes inversiones nacionales y extranjeras tendientes a incorporar un nuevo eslabón en la cadena productiva. En segundo lugar, su desarrollo inicial fue motivado por una demanda internacional creciente desde mediados de la primera década de los años 2000. En efecto varios países, tanto desarrollados como en desarrollo, establecieron políticas que comenzaron a exigir la mezcla de biocombustibles con combustibles fósiles, en un contexto de altos precios del petróleo hasta 2008, de reemplazo de aditivos y de mayor peso por las preocupaciones por las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En tercer lugar, beneficios impositivos favorecieron la creación de este nuevo eslabón en la cadena oleaginosa durante su etapa de despegue, complementando los derivados de la Ley de promoción, orientada fundamentalmente a construir las bases de un mercado interno de biocombustibles.
En la Argentina, el biodiesel es producido exclusivamente a partir del cultivo de soja (Glycine max) como materia prima. En rigor de verdad, el principal insumo en la fabricación de este biocombustible en el país es el aceite de soja. Del procesamiento del grano de soja se obtiene aceite, concentrados y harinas proteínicas. A través de un proceso químico denominado transesterificación, mediante el cual el aceite se combina con alcohol, se obtienen ésteres metílicos, es decir biodiesel. Estos metilésteres se alcanzan una vez que pasaron por varias fases que incluyen la separación, purificación y estabilización.
La industria del biodiesel ha sido una de las actividades económicas con mejor desempeño relativo durante los últimos años en Argentina, ya que a partir del año 2007 surge como un sector totalmente nuevo que agrega un eslabón adicional de valor a la cadena productiva soja/harina-aceite de soja, fortaleciendo el desarrollo productivo del país. Para que ello fuera posible, la capacidad productiva de la industria aceitera se había expandido notoriamente desde los 90 y, fundamentalmente, durante los años 2000.
Informes de Biocombustibles:
Informes mensuales para los biocombustibles con información económica del sector: producción, exportaciones, empleo [ver]
Estudio de Sustentabilidad de Biocombustibles [ver]