Pesca Continental

 

Las pesquerías continentales de la Argentina tienen importancia significativa en términos económicos debido al volumen exportable, y gran impacto social por su aporte a la seguridad alimentaria y a las economías familiares regionales.

En términos generales pueden distinguirse claramente tres tipos de pesquerías: a) de subsistencia, b) comercial y c) deportiva. Las dos primeras son ejercidas por “pescadores artesanales” para quienes la pesca no sólo proporciona su seguridad alimentaria y fuente de trabajo, sino su forma de vida y cultura comunitaria; mientras que la última está asociada al turismo.

Por su dimensión, la cuenca del Río de la Plata reviste la mayor importancia en la pesca artesanal, ya que abarca sectores de 12 provincias y más de 4000 km de cauces, incluyendo sólo los grandes ríos. Más del 90% de la producción pesquera continental del país proviene de las pesquerías de esta cuenca.

Como es propio de pesquerías fluviales, el recurso es multiespecífico, integrado por especies de comportamiento migratorio en su gran mayoría y con poblaciones de difícil identificación y áreas de distribución superpuestas. Son vulnerables a las alteraciones del ambiente. Las pesquerías están dispersas. Todo ello plantea dificultades en la obtención de información, en la evaluación y el manejo. A ello debe agregarse que participan en las pesquerías de la Cuenca cuatro países (Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay) y, en el caso de Argentina, 7 provincias tienen decisión sobre la actividad pesquera.

Unos 7.000 pescadores artesanales registrados trabajan con embarcaciones o canoas de entre 4 y 7 metros, propulsadas a remo o con motores de baja potencia.

La figura del pescador artesanal está explícitamente incorporada en la legislación de algunas de las provincias de la región, y caracteriza a quienes realizan su tarea en cercanías de su lugar de residencia, por cuenta propia, sin establecer relaciones de dependencia laboral con terceros. Es practicada en forma individual o en pequeños grupos o cooperativas. El producto de la pesca es de su propiedad, y es destinado al consumo familiar, la venta directa al público, a comercios, frigoríficos o acopiadores.

Si bien la producción de la pesca continental en Argentina es modesta, tuvo un continuo crecimiento desde inicios de la década del ‘90 hasta el 2004, año en que alcanzó las 35.000 toneladas y luego se mantuvo regulada por debajo de dicho valor. Prácticamente la totalidad de la producción corresponde a la actividad desarrollada en la zona argentina de la Cuenca del Plata, destacándose en volumen extraído la subcuenca del Paraná.

 

En el río Paraná se distinguen tres tramos:

  • Alto Paraná: la pesca se realiza sobre el cauce principal del rio con espinel de fondo y red agallera fija; las especies principales son surubí (Pseudoplatystoma corruscans), dorado (Salminus brasiliensis) y sábalo (Prochilodus lineatus),

  • Paraná Medio (707 km): en la zona norte se pesca en el cauce del rio y al sur en el cauce, los brazos del rio y parte del valle aluvional. Participan pescadores independientes y cooperativas. Especies principales: surubí y patí (Luciopimelodus patí), pescadas con redes agalleras, a la deriva o caladas.

  • Paraná Inferior (500 km): se distinguen dos zonas: el delta, con el sábalo como especie principal, pescado con trasmallos calados a fondo; en los brazos del río las especies son sábalo, patí, boga (Megaleporinus obtusidens), surubí, y armado (Pterodoras granulosus), utilizándose redes a la deriva y caladas a fondo y espineles.

En el Paraná medio y bajo la principal explotación corresponde al sábalo, contándose con infraestructura para producción (particularmente H&G) y frigoríficos.

 

Los volúmenes totales de extracción anual en la región de la cuenca del Plata se estiman en 40.000 toneladas. Las capturas de sábalo aportan la mayor proporción. Otras especies como boga, armado, bagre amarillo, manguruyú, surubí, dorado, pacú, patí, raya, armado chancho, salmón de río, manduví y piraña, también son objetivo de estas pesquerías, aunque su volumen de extracción, en conjunto, no superan el 20% del valor correspondiente al sábalo.

El mayor volumen de sábalo capturado en la cuenca tiene como destino la exportación, principalmente a Colombia, Bolivia, Brasil y Nigeria.

En los últimos cuatro años las exportaciones de sábalo promediaron las 17.500 ton/año.

En cuanto a la normativa que regula la exportación, mediante Ley 26.292 del año 2007, se facultó a la ex SECRETARIA DE AGRICULTURA, GANADERIA, PESCA Y ALIMENTOS del entonces MINISTERIO DE ECONOMÍA Y PRODUCCIÓN, Autoridad de Aplicación de la ley, a establecer cupos de exportación para las especies ictícolas de agua dulce provenientes del río Paraná, de acuerdo al rendimiento pesquero potencial de dicho río.

Luego mediante Decretos Presidenciales Nº 931/2009, N° 1074/2011, N° 2684/2012, N° 2625/2014, N° 1344/2016 y N° 376/2019 se estableció que las mismas especies, se podrían exportar hasta completar los cupos de exportación que fijara la actual SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA del MINISTERIO DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA, de acuerdo a los criterios definidos y consensuados en la Comisión de Pesca Continental y Acuicultura en el seno del Consejo Federal Agropecuario (CPCyA-CFA).

 

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