SITUACIÓN ACTUAL DEL TRIGO EN ARGENTINA Volver

Muchos años han pasado, Argentina se ha consolidado como un importante exportador de trigo en un mercado mundial que cada día se torna más competitivo y en el que a cada momento, la demanda impone exigencias más estrictas, acompañada por una tecnología de molienda e industrialización que ofrece al consumidor final una amplia gama de productos con destinos finales sumamente puntuales y específicos, al tiempo que requiere de una provisión consistente en tiempo y forma que permita mantener sin cambios un proceso de industrialización continuo.

En muchos casos, los cambios políticos han determinado que varios países que compraban trigo en los mercados mundiales a través de organismos estatales, dejaran de hacerlo y fueran reemplazados por la iniciativa privada, situación que derivó en un cambio de actitud que comenzó a privilegiar más la calidad del producto, entendida esta como propósito de uso, es decir, en función del destino.

En Argentina ha prevalecido siempre el concepto de mezcla y de pérdida de identidad, si bien hay que destacar que en los últimos años, se ha iniciado un proceso de diferenciación encarado principalmente por la industria molinera, que necesita trigos diferenciados para poder satisfacer la demanda de clientes que requieren harina para productos específicos.

Como mencionáramos anteriormente, nuestros principales competidores en el mercado mundial de trigo están en condiciones de ofrecer una amplia gama de calidades de este cereal, en un mercado que tiende cada vez más a una fuerte selectividad en la demanda y que implica disponer necesariamente de una alta especialización en la oferta, para poder satisfacer los requerimientos de los compradores.

Estos países aseguran a sus clientes no sólo una determinada calidad sino también una continuidad de la misma en todas las entregas, que además son recibidas en los términos y los plazos planteados originalmente, incluyendo además un servicio posterior a la venta y la búsqueda de desarrollos alternativos de mercado tendientes a satisfacer demandas puntuales. En países como Japón, mercado de más de seis millones de toneladas de importación anuales, hay compradores que no poseen una gran capacidad de almacenaje, con lo cual es menester asegurar una provisión confiable en forma y tiempo.

Históricamente y como después se demuestra, el trigo argentino se vende enépoca de cosecha en valores bastante inferiores a los internacionales. Si bien existen algunos factores adicionales que influyen en esta situación, como problemas de financiamiento que impiden retener los granos y de logística de 10 almacenaje, la ausencia de segregación colabora decididamente en lograr precios equivalentes y a veces menores a los trigos blandos europeos o estadounidenses.

Recién a partir del momento en que Brasil se transforma prácticamente en nuestro único destino, los precios comienzan a mejorar, bajo los efectos del Arancel Externo Común. Otro aspecto a tomar en cuenta es el hecho que según las estadísticas elaboradas por el SENASA, el trigo es cosechado en el campo con valores de cuerpos extraños inferiores a uno, pero finaliza en los puertos con valores superiores, lo que implica necesariamente que las mezclas realizadas en la cadena comercial han disminuido la calidad del producto. Es conocido por todos que el trigo argentino es considerado como “sucio”, hecho que independientemente de las características intrínsecas del mismo, determina una pérdida importante en la calidad y consecuentemente en el precio que inevitablemente la cadena traslada hacia abajo y termina afectando principalmente el bolsillo de los productores.

Debe necesariamente quedar claro que ningún comprador está dispuesto a pagar al precio del trigo materias extrañas que no son utilizables como materia prima. Con el objetivo central de aumentar la competitividad del trigo argentino en términos de su calidad, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, a través de la Resolución Nº 334/2003, creó el Programa Nacional de Calidad de Trigo.

En el caso de nuestros trigos, estos han mantenido una asignatura pendiente para poder competir en igualdad de condiciones con sus similares de Australia, Canadá y los Estados Unidos, perdiendo de esa manera el diferencial de precios que los mercados otorgan a los trigos de calidad superior. Al mismo tiempo, nuestros trigos se enfrentan hoy con la amenaza causada por la creciente oferta mundial de trigos de bajos precios provenientes de los países de la Europa del Este.

Por estas razones es de fundamental importancia que el sector oficial haya asumido la responsabilidad de aportar el marco legal adecuado para el ordenamiento de la cadena del trigo, acompañando los esfuerzos del sector privado y aprovechando la oportunidad para dar una clara señal a nuestros compradores externos, fundamentalmente Brasil, del compromiso asumido por el país de ordenar y adecuar nuestra producción a los requerimientos que se nos exigen.

Esta nueva etapa en la política triguera argentina contempla dentro del Programa Nacional de Calidad de Trigo, la implementación y cumplimiento de los siguientes objetivos: aumentar la competitividad del trigo argentino en términos de su calidad, propendiendo a incrementar la calidad general del trigo argentino, mejorando su presentación, permitiendo ofrecer una amplia gama de productos de acuerdo con los requerimientos de la demanda; identificar las exigencias de calidad de la demanda externa e interna, a través de la posible provisión de trigos diferenciados para esos destinos; establecer una política de semillas que facilite la diferenciación y/o agrupación de cultivares por calidad y propósito de uso; orientar la clasificación de la mercadería hacia la obtención de productos que satisfagan las distintas calidades demandadas por los diferentes mercados y garantizar máximos niveles de seguridad en el abastecimiento de trigo argentino.

Está comprobado que nuestros competidores obtienen mejores precios al diferenciar calidades, diferencias que podrían ser aprovechadas por todo nuestro sector triguero. Actualmente, la falta de uniformidad en las entregas provoca que los precios lleven implícitos un descuento. La falta de diferenciación nos deja totalmente afuera de los mercados más exigentes en los cuales se pueden lograr mejores precios.

Brasil viene planteando los problemas de calidad del trigo argentino desde hace varios años. Hoy ya estamos viendo como países como Ucrania y Rusia están firmando convenios de suministro de trigo, mercadería que evidentemente va a reemplazar ventas argentinas. En la medida que Brasil reemplace al trigo argentino por el proveniente de los mencionados países, mayor va a ser el saldo exportable que deba ubicarse en otros países, donde se pierde competitividad en función de no estar protegidos por el Arancel Externo Común (AEC) del MERCOSUR.

El Programa de Calidad del Trigo entonces, reconoce entre sus principales objetivos tender a separar calidades en función de las necesidades de los clientes. Conocer lo que los compradores necesitan y tender al desarrollo de variedades que satisfagan sus necesidades de industrialización o consumo será una tarea a tomar en cuenta para el mediano plazo. Ahora bien, es en este punto donde debe necesariamente quedar claro cual es el significado con el cual la palabra calidad es considerada y explicada en el marco del Programa Nacional de Calidad de Trigo. Dos frases se toman en cuenta para
definir este término:

Calidad es propósito de uso
Calidad es lo que demanda el cliente

A primera vista parecería haber algunas diferencias entre ambas, sin embargo, desde el punto de vista de la causa y el efecto, convergen en un sólo concepto, como es el de satisfacer al cliente con una oferta acorde al destino final para el cual el trigo se ha adquirido. Un trigo premium canadiense, de alta proteína e ideal para producir panes de alto volumen, no le es útil a la industria fabricante de galletitas, que no encuentra en él las características necesarias para este tipo de productos finales.

Pero el término calidad no se agota en el concepto anterior. También calidad implica limpieza, presentación general y consistencia en las entregas. A lo largo de los últimos años muchas quejas se han recibido referidas a este tema. Como mencionáramos anteriormente, la tecnología de extracción de harina ha evolucionado mucho y para muchas industrias, recibir partidas parejas de trigo implica poder mantener una línea de producción en funcionamiento sin que sea necesario ajustar los equipos continuamente, con las pérdidas de eficiencia, tiempo y dinero que eso provoca, además de las variaciones o falta de homogeneidad que puedan trasladarse al producto terminado. Otro de los objetivos planteados dentro del marco del Programa Nacional de Calidad de Trigo era el de incrementar la calidad general del trigo argentino, mejorando su presentación y poniendo especial énfasis en aquellos rubros que permitieran lograr partidas consistentes y constantes, de forma tal de asegurar, tanto a nuestro mercado interno como a nuestros clientes externos, los mínimos niveles de contaminación en el abastecimiento del trigo argentino.

En tal sentido y con fecha 14 de Diciembre de 2004, a través de la Resolución Nº 1262, se modifica el actual Standard de comercialización de trigo. Este cambio en las normas de comercialización, impulsado desde el Programa Nacional de Calidad de Trigo apunta precisamente a esa dirección. Fue ampliamente discutido en distintos ámbitos oficiales y también con todo el sector privado. Estos cambios surgen entonces como una propuesta previamente consensuada con todos los agentes que componen la cadena triguera argentina.

Estas modificaciones apuntan a dos aspectos importantísimos que hacen a la calidad del trigo; el contenido de proteína y las tolerancias en granos quebrados y cuerpos extraños.
El contenido de proteína, si bien no suficiente, es una condición necesaria y fundamental a la hora que un trigo debe expresar su calidad panadera. Factor esencial entonces para garantizar comportamiento y respuesta industrial Con respecto a las nuevas tolerancias en Cuerpos Extraños y Granos Quebrados, los valores propuestos señalan la firme decisión asumida de adecuar nuestra oferta a los patrones más exigentes requeridos tanto por los compradores externos como internos.

En relación a la proteína, se han aumentado en forma gradual los castigos por debajo del nivel del 11%, manteniendo sin cambios las bonificaciones vigentes hasta el momento. Aplicaremos castigos diferenciales y crecientes por debajo del 11%, de forma tal estimular la búsqueda de contenidos proteicos compatibles con las necesidades de la demanda.

Para los Granos Quebrados y Cuerpos Extraños se reducen sensiblemente las
tolerancias por grado a lo largo de las campañas 2005/06 y 2006/07, de forma tal de poder realizar un intenso plan de difusión de estos cambios y permitir que productores, contratistas y comerciantes puedan tener tiempo de asimilar y adecuarse a los cambios. En ambos casos, la reducción de las tolerancias al final del ciclo comercial 2006/07 equivaldrá a no menos del 50% de los niveles actuales.

La diferenciación por grupo de variedades es una posibilidad que el Programa ha comenzado a estudiar en profundidad y parece ser hasta el momento un camino adecuado para agrupar variedades según su propósito de uso. Dada la importancia que este tema presenta, se están analizando distintas posturas al respecto, al tiempo que comenzarán a procesarse los datos históricos de comportamiento de las variedades en la Red de Ensayos Territoriales de losúltimos diez años, información que fue remitida oportunamente al Programa Nacional por el Comité de Cereales de Invierno, órgano asesor de la Comisión Nacional de Semillas.