ORIGEN DEL TRIGO Volver
Hasta el 5.000 antes de Cristo, no existían escritos que pudieran dar testimonio de las actividades humanas. Recién por esos años, los sumerios, habitantes de los valles situados entre los ríos Tigris y Eufrates, idearon un sistema de escritura.

Por los años 3200 antes de Cristo, se inventó en Egipto la escritura cuneiforme y el sistema decimal. Desde entonces abundan las referencias sobre la agricultura y el trigo, dando origen a las más variadas teorías en torno a su origen y cultivo.

Las especies actualmente más difundidas en el mundo, el trigo común o de pan (Triticum aestivum) y el trigo duro o de fideo (Triticum durum) son relativamente nuevas en comparación con la extraordinaria antigüedad de las especies progenitoras. Las referencias de las antiguas civilizaciones corresponden a formas primitivas del
género Triticum.

Según algunos autores, en el período Paleolìtico no se han encontrado rastros de este cereal pero en el Neolítico (10.000-2.500 A.C.), en muchas partes del este y de Europa Central, se hallaron restos de espigas y granos de distintas especies entremezcladas. Esto sugiere que su cultivo en este período data de muy antiguo.

Los tipos silvestres antecesores del trigo cultivado presentaron mucho interés para el hombre en todos los tiempos; para los antiguos pueblos (Egipto, Grecia, Roma) significaban un misterio y para el hombre contemporáneo un interrogante. Recién en los últimos 25 años del siglo pasado y particularmente en los más recientes dentro de este período, se han logrado grandes progresos en el conocimiento de la evolución de la especie, aunque subsisten aún muchos interrogantes.

En la antiguedad los griegos consideraban al trigo un regalo del dios Demeter y los romanos lo identificaron con su diosa Ceres. De acuerdo a la leyenda de Diodorum Siculus, la diosa Egipcia Isis descubrió el trigo y la cebada creciendo mezclados en el campo conjuntamente con otras plantas desconocidas. La region aludida correspondía a Nysa, “una alta montaña de Fenicia”, posiblemente la región norte de Palestina, donde hoy se encuentra al estado espontáneo el trigo silvestre T. dicoccoides. Esta región y por extensión el Asia Menor, es señalada actualmente como la cuna del trigo, donde presumiblemente tuvieron lugar las sucesivas síntesis de las especies que dieron lugar al trigo para pan que se cultiva actualmente en el mundo.

No se ha hallado la especie silvestre de la cual pueden haber derivado las formas actuales cultivadas de T. aestivum, pero se conocen los antecesores silvestres que han participado en su formación. Investigaciones recientes señalan tres especies como progenitores del trigo de pan; una correspondiente al mismo género Triticum (Triticum boeoticum) y dos al género Aegilops (A. speltoides y A. squarrosa). Cada una de estas especies contribuyó con un genomio de siete cromosomas, denominados A,B y C, a la
formación del trigo hexaploide, Triticum aestivum.

Las tres especies mencionadas se encuentran al estado silvestre y difundidas como malezas en el Asia Menor. La región de origen del trigo común evidentemente es el sudoeste de Asia, aunque no se halló ningún prototipo silvestre del cual pudiera derivar esta especie. Recién en la edad de bronce (2.000-7.000 A.C.) y de hierro (700-58 A.C.), aparecen en Europa granos similares en forma y tamaño a los del trigo común, que no fueron hallados en Egipto. Como referencia histórica sobre la introducción del trigo al continente americano, se sabe que en el segundo viaje de Colón en septiembre de 1493, la tripulación fue provista de trigo procedente de Xeres para elaborar bizcochos (galleta marinera) y que buena parte de esta semilla pudo haber sido sembrada e América.