Recorrer las bodegas y viñedos, asesorar y conversar con productores, jugar al fútbol en el equipo de veteranos de la zona y disfrutar del hermoso paisaje que ofrece el Departamento de Junín en Mendoza son momentos especiales para Carlos Pacheco, agente de proyecto del Programa Cambio Rural vinculado con la Estación Experimental local.
Correr es una práctica que disfruta en especial cuando lo hace por el emblemático sendero de la calle Corvalán, de seis kilómetros, que conecta a San Martín y Junín. Mientras hace running observa los viñedos, bodegas, el crecimiento turístico y el desarrollo local. Es su lugar en el mundo, donde recarga fuerzas y sigue adelante.
Tiene una historia de muchos años en el Programa y también en asesoría privada. Es ingeniero agrónomo, egresado de la Universidad Nacional de Cuyo, con orientación a la fruticultura y por ende la vitivinicultura. Además es docente y tiene tres hijos de 28, 21 y 12 años.
“Estoy en el Programa Cambio Rural desde hace nueve años como agente de proyecto, pero tuve mis inicios cuando empezó hace 30 años. En ese momento mi función era promotor asesor de un grupo de productores vitícolas”, comenta y aclara que “cuando terminó la etapa de Cambio Rural, continúe trabajando con ese grupo de productores. Eso me abrió las puertas para el mundo laboral en distintos emprendimientos de la región”.
En 2014 vuelve a la misma experimental de INTA como Agente de proyecto y hace nueve años trabaja en esa función en forma proactiva y responsable con la coordinación de 10 grupos vitícolas.
Especializado en dinámica y metodología de trabajo grupal, para Carlos, el desarrollo de una zona surge de la vinculación con las instituciones y en esa relación él se siente “cómodo”. Reconoce también que hoy productores eligen los perfiles de los técnicos según las necesidades que tienen.
“Nuestra misión es orientarlos, ayudarlos a conocer su trabajo no solo en forma productiva sino también económica, muchos lo hacen porque es su forma de vida, pero no saben sus costos, ni su rentabilidad”. Y agrega el referente de Cambio Rural: “Hay una tendencia en los más jóvenes de tener más análisis al respecto, buscan alternativas incluso quedándose con la finca pero gestionada de otra manera, con otras formas de ingreso como variantes turísticas o enológicas”.
“Nuestro labor es el aporte en los procesos con un protocolo de trabajo”
Al hacer un recorrido en la evolución como asesor detalla que “hasta hace una generación los productores seguían de manera firme como lo hacían los abuelos, aunque les vaya mal, porque para ellos eso es ´lo nuestro´. Hoy cambió un poco, los jóvenes que quieren seguir estando le buscan la vuelta”.
“Como empleados de la Secretaría en el Programa el eje emblemático de nuestro trabajo es el aporte en los procesos con un protocolo de trabajo. Tener procesos tanto de seguimiento como de control o de inicio aporta mucho orden. Por ejemplo, cuando un grupo se forma tiene que hacer, a través de su promotor un diagnóstico inicial, que continúa con el seguimiento de ese diagnóstico y un plan para mejorar la situación inicial. Si se cumple la secuencia, aporta mucho orden y orientación al grupo”.
Carlos sostiene a modo de consejo, mientas se ata los botines para encontrarse con sus amigos, que “cuando se empieza algo hay que terminarlo aunque me demore un poquito”.